Soy aracnólogo:
Diego Barrales Alcalá
18/10/2024
Por: Redacción.
Fotos: cortesía Diego Barrales Alcalá, Arachno_Cosas.
Palabras clave: arácnidos, ciencia, biología, estudio, investigación, naturaleza, curiosidad, aportación, vida.
En el mundo de Marvel, todos ubicamos a Spider Man como el superhéroe que salva al mundo gracias a sus poderes adquiridos por la picadura de una araña. En la vida real muchos de nosotros le tememos a esta especie por el desconocimiento que se tiene de ella, en ocasiones la exterminamos sin saber realmente su aportación a la naturaleza.
Diego Barrales Alcalá, biólogo, investigador y divulgador científico; bajo el nombre @Arachno_Cosas en X, ayuda, como él bien lo menciona en su slogan a “Tirar la mala fama que los arácnidos tienen”, dignifica a esta especie con hechos y no creencias. Te invitamos a conocer más de él y su trabajo.
La incursión de Diego Barrales a los estudios de biología y en específico de aracnología no fue lineal, es decir, al principio no la eligió como primera opción, de hecho, estudió un tiempo arquitectura. “Considero que la elección de carrera no siempre es sencilla y en mi caso, pasaron varias cosas que, a la postre, me llevarían a iniciar la carrera de biología. Sin embargo, debo reconocer que siempre disfruté estar en la naturaleza, andar en el “monte” viendo animales me daba mucho gusto. Cuando era niño, las arañas me causaban ansiedad y no me gustaba sentirme así, por lo que trataba de conocer más sobre ellas. Esto definitivamente marcó mi acercamiento al mundo de los artrópodos y facilitó la elección de mi especialidad”.
A partir de 2006 comenzó a adentrarse más en el mundo de los arácnidos, como voluntario de la Colección Nacional de Ácaros del Instituto de Biología de la unam. Después, en 2009 empezó a trabajar con el doctor Oscar Francke, curador de la Colección Nacional de Arácnidos como asistente, mientras que a la par, estudiaba biología.
La inquietud y la pasión por el estudio de las arañas fueron detonantes clave para dedicarse a esta actividad, además de la enorme variedad de especies que existen, así como las diversas adaptaciones que presentan y que les ha posicionado como un grupo sumamente exitoso. También, la presencia de especies que son consideradas de importancia médica, como viudas negras o alacranes.
Para Diego Barrales lo más complicado de estudiar el comportamiento de estas especies que, por lo regular son nocturnas, es lo poco que se conoce en general de ellas. Existen grupos poco comprendidos y estudiados, lo cual dificulta acceder a información previa que guíe la propia investigación. Por otro lado, la dificultad de hallarlas in situ muchas veces complica generar información.
Otro factor que influye en el comportamiento de los arácnidos es el clima, ya que la estacionalidad puede marcar claramente la presencia o “ausencia” de las poblaciones. Muchas especies presentan actividad relacionada con la presencia de buenas condiciones; alimento, temperatura estable, humedad adecuada, etcétera.
Por otro lado, la convivencia diaria con los seres humanos es benéfica en varios aspectos, Diego mencionó que “el principal aporte es el control que ejercen sobre el crecimiento poblacional de otras especies. Se ha estimado que las arañas consumen cerca de 800 millones de toneladas de insectos al año en el mundo y si consideramos que dentro de estos millones de presas contamos mosquitos (que son transmisores de enfermedades mortales para los humanos), cucarachas (algunas de las cuales son elementos de contaminación en las ciudades), moscas, saltamontes (que pueden llegar a causar pérdidas económicas importantes relacionadas con la producción primaria de alimentos), bueno, pues es “más” fácil entender cómo es que nos ayudan.
Pero no sólo eso, los arácnidos también se alimentan de otros arácnidos, arañas de alacranes, alacranes de otros alacranes, arañas de arañas… Y para rematar, también fungen como alimento para especies más carismáticas, como las aves”.
En cuanto a su aportación al ecosistema, las arañas son depredadoras, por lo que son un factor importante en el crecimiento de poblaciones de otros animales, por ejemplo, de insectos herbívoros. “Si pensamos detalladamente en esto podemos ver que, de no existir, las poblaciones de insectos que se alimentan de plantas podrían crecer exponencialmente, acabando eventualmente con las plantas, lo cual supondría un desastre para cualquier ecosistema, ya que, al no existir la producción primaria, los animales que dependen de ella no tendrían los elementos para sobrevivir. Hay un caso que trata algo similar, sólo que se basa en la presencia (ausencia) de lobos… se llama Cómo los lobos cambiaron el curso de los ríos y para no contarles el final, les invito a que lo vean y después cambien a los lobos por las arañas”.
La mayor parte de la población ve a las arañas como especies a las que hay que temerles y nunca falta quien las ve y tiende a exterminarlas por pensar que todas son peligrosas, sin embargo, mundialmente se conocen cerca de 52 342 especies de arañas, de las cuales, cerca de 300 se consideran de importancia médica o capaces de causar daños graves a la salud de las personas.
En México, se encuentran dos géneros que forman parte de esta fracción; el primero es Loxosceles o arañas violinistas con 40 especies registradas, dos de ellas exóticas. Estas arañas se reconocen por la mancha en forma de violín invertido en la parte dorsal del prosoma (también conocido como “cabeza”). El prosoma tiene una forma de pera. Las patas se acomodan aplanadas hacia los lados y no tienen espinas evidentes. El color general es uniforme, sin tener patrones como rayas o manchas.
El segundo género de importancia médica presente en México es Latrodectus, al que se le conoce como viudas. En nuestro país podemos encontrar tres especies nativas, más una introducida. Estas arañas pueden ser reconocidas por presentar un opistosoma (o “cola”) globoso, muchas veces con una o varias manchas color rojo en la parte dorsal o ventral del mismo, con patas delgadas (más no finas). Su forma general asemeja al fruto conocido como “capulín”, de ahí su nombre común “arañas capulinas”.
En caso de sufrir algún piquete de alguna de estas especies mortales, Diego Barrales nos indica qué hacer. “Vale la pena mencionar que, si bien son especies capaces de producir daños graves a la salud de las personas, lo cierto es que en México contamos con los anti venenos específicos, altamente eficaces para ayudar a las personas que han sufrido un accidente relacionado con estos arácnidos, lo cual ha ayudado a que los casos que derivan en una lamentable perdida humana sean pocos, mientras que la mayoría puede ser tratada satisfactoriamente:
Se dice que hay que compartir el conocimiento, esto para llevar a cambios y hacer conciencia en las personas; Diego Barrales, aparte de ser investigador, es divulgador científico y ha aprovechado el uso de las redes sociales para difundir la importancia sobre las arañas, pero, sobre todo, para desmentir mitos sobre esta especie. Su primer acercamiento con la comunicación de la ciencia lo tuvo con la CONABIO y la Dirección General de Comunicación de Ciencia de ese organismo. Ahí, junto con el doctor Carlos Galindo comenzó a divulgar el conocimiento adquirido a través de su formación profesional.
En 2018 empezó en Twitter (hoy X), con la cuenta de @Arachno_cosas “Soy aracnólogo, pregúntame lo que quieras”. La idea fue aprovechar un nicho en el cual el acceso a la información era inmediato y donde constantemente se veía el surgimiento de noticias falsas. Coincidió que en ese momento se encontraba convaleciente y buscaba aprovechar el tiempo de recuperación.
Conocer más sobre el mundo de las arañas para respetarlas, convivir con ellas, ver qué nos aportan y, sobre todo, evitar temerles, ha sido el aporte de su red social que lo llevó a recibir el reconocimiento como el Mejor divulgador revelación en el Concurso de la Ciencia en Redes de la Benemérita Universidad de Puebla. Al respecto, Diego Barrales mencionó que “saber que existe resonancia de las cosas que busco transmitir me alienta bastante, ello mismo me ha ayudado a continuar la labor de comunicación de la ciencia que llevo a cabo, en un medio que no siempre es amable. Afortunadamente es más la cantidad de personas que busca genuinamente conocer más y aprender de su entorno, que aquella que busca enfrascarse en una trifulca digital.
Ayudar a las personas a que interioricen la existencia de especies consideradas de importancia médica (termino que ya no resulta tan desconocido dentro de las redes sociales) y que a la par son muchas más las especies que no lo son ha sido un gran logro. Y no es algo que se deba exclusivamente a mi actividad, deriva del esfuerzo de muchas personas y organizaciones que buscan un bien común. Pienso que hay un gran camino por recorrer, ya que la comunidad científica no siempre cuenta con las herramientas adecuadas para comunicar el conocimiento que genera y posee”.
Para finalizar, Diego recomienda a los estudiantes dedicarse a la ciencia y no tener miedo, pues es algo hermoso, es la manera de no dejar de lado nuestra curiosidad, de abrazarla y potenciarla. “Todo lo que ocurre a nuestro alrededor puede ser explicado por la ciencia y si no puede ser explicado aún, es una clara invitación a trabajar en ello y poder gritar “eureka” cuando descubramos cómo es que funciona. Mi consejo es que no dejen de preguntarse las cosas y que se acerquen a los diferentes centros de investigación y laboratorios; la UAEMÉX tiene muchos y muy buenos y que pregunten qué es lo que hacen, cómo lo hacen y cuáles son sus alcances. Al ver de cerca los procesos científicos podemos encontrar la chispa que mantiene encendida nuestra curiosidad. Siempre hay trabajo y lugar para las personas que se apasionan con la ciencia”.
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